19 de abril de 2010

Señor o no Señor

Me pregunto Emilio: ¿papá tu eres un Señor?
Y le respondí que no entendía su pregunta; por que un señor es algo que no es cualitativo, ni cuantitativo; no hay una edad para decir que eres Señor, ni características que lo definan. Recuerdo que apenas unos años después de la Universidad ya encontrabamos compañeros de menos de 30 instalados en una actitud Señorial increible. Tengo 39 años que orgullosamente he vivido, me llevo a la boca lo que he trabajado y nadie me ha regalado (a mi el amigo de nadie me ha puesto ni un centavo cerca de mi manos, y se que a más de uno de los muy cercanos si), mis padres en vida no me heredaron nada, y que mejor, donde duermo y como es donde merezco. Me gustaría pensar que es igual para todos, pero no es así, me doy cuenta que aquí y allá casí todo se maneja por quien conoces, quién te manda y de quien eres familiar, que subir con las únicas herramientas que mis padres nos dieron (una educación, unos valores, una religión y un por qué) es realmente una verdadera empresa (no un imposible por que no soy el único así ha crecido); todos hablan de conozco a fulano y sutano, pero nunca de: yo le demostre a fulano y sutano, todos llegaron de la mano de una cita una recomendación o un "conocido". Yo sólo sé que soy de mis hijos, que corro más de 13km en cada entreno, y que no lo hago en ningún club deportivo (aunque he estado en ellos, como instructor y socio), que la mejor carta de recomendación ha sido mi trabajo y que mis hijos saben que de música papá sabe lo que necesitan para no escuchar reggaeton. Sé lo suficiente y necesario para enamorar a una mujer, y a veces pienso que la mayoría de ellas no quieren enamorarse (en verdad), y que en cambio quieren una cuenta que les permita un club, un salón, un spa, un desayuno o comida con las amigas, un buen auto y que a cambio 15 minutos (o menos) de su noche son más que suficiente. Por que de amor y ternura no hablamos.
Prefiero pensar en algún día encontrar alguien que sea feliz con la tranquilidad de mi trabajo, con mis brazos y una película, un concierto , una lectura . Y con eso no digo que el Palm o Puerto Madero no sean opción, o que una trasnoche en el W no lo sean también, simplemente pienso que todo eso en pareja se honra y construye; a menos que sólo se trate de impresionar. ¿Será eso ser Señor?

Emilio prosiguió.- Es que yo te veo en la Escuela y no te pareces a los otros papás.
Me preocupó.
Le dije.- Eso es bueno o malo?
.-Bueno por qué los otros papás si se ven como Señores.
.-Pero, en que somos diferentes? -le pregunte-
.-No sé, solo sé que no te pareces a ellos.
Me preocupé el doble.

En fin, soy un manojo de emociones y pienso en ponerlas en este momento aquí en el espacio virtual a manera de desahogo.

Les comparto hoy en este espacio a manera de también de desahogo, esto que es como una súplica:

Sweet Surrender - Sarah McLachlan