27 de marzo de 2012

Por qué escribo...

Hace poco entre los múltiples cajones de la casa de mis padres mientras buscaba facturas y demás cosas, encontré mi primer cuaderno con intentos de prosa y cuentos. Muchas ideas fugaces atrapadas en un doble raya Scribe de forma Francesa; algunas me dieron pena (entre la ortografía, lo cursi, lo falto de claridad), de otras la idea o la frase seguían claras en mi cabeza así como la vez que las escribí.
Y ya en releer, también vino el recordar, saber que algunas cosas fueron dedicadas, inspiradas, construidas con el pensamiento claro de alguna persona o situación. Reconstruir momentos, repasar lugares y situaciones fue un bonito viaje en el DeLorean hacia cosas que pasaron y que de muchas formas me brindaron la oportunidad de comenzar a intentar ser coherente al escribir. Y es en ese momento cuando recordé por que me inicie en estas situaciones del teclado, el lápiz, el bolígrafo, las ideas y las emociones.
Inicialmente la idea era llevar un diario, con toda la cantidad de tonterías e ideas millonarias que llueven a los 17 mejor opté por escribir lo que me viniera a la mente (obviamente que se desmarcara al menos de lo que yo consideraba una tontería, las ideas millonarias nunca se hicieron realidad), desde una frase, la interpretación de las canciones que me taladraban las neuronas, un primer intento de cuento (creo que tengo 65 primeros intentos de un cuento), palabras garabateadas por cualquier lado. Cuando me puse serio. Incluso se lee en ese atado de hojas la vez primera que pensé me había enamorado (con los años hoy estoy cierto de que aún verdaderamente no lo he hecho), y de las veces que buscaba una pequeña de idea de aquello que deseaba hacer de mi vida.
Escribir es una forma de contar de mi, de lo que pienso, de lo que siento. De los mundos que imagino, de las historias que tejo. Y también escribir es la manera como expreso mi opinión de ciertos temas, aquello que me mueve de algo o de alguien. Es fácil saber como estoy leyéndome.
Escribiendo entendí que casa no es hogar, y que quiero un hogar. Que puedo crear el mundo que se me de la gana o destruir a mis personajes.Que puedo ser tan profundo y explicito como la cantidad de palabras que quiera utilizar. Muy directo o muy expresivo. Que querer y desear no son excluyentes pero que combinados son perfectos. Principalmente he descubierto que en mi vida me es necesario "corrección de estilo"

I know

Mi casa (no mi hogar) está en donde quiera que escribo, y la puerta se abre para quien quiera que me lea, pero sobretodo, para quien como sea inspira algo en mi lo suficientemente poderoso como para escribir.

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