Me sorprendí atento al techo de mi habitación, imaginando libremente, así como solía hacerlo de niño ; en aquellas ocasiones las imágenes eran propias de una edad en la que salvar a la galaxia y regresar a casa antes de cenar era lo único importante. Actualmente la mayor parte del tiempo mi imaginación se dedica a proyectar escenarios para profesionalmente ser más productivo, a generar espacios en mis actividades para pasar más tiempo de calidad con mis hijos, a eficientar listas de supermercado.
Hoy mi imaginación se volvió egoísta, sin proponerlo me llevó de la mano de alguien a un atardecer... Me mostró un salón dónde bailamos sin importar más nada... Una tarde preparando de comer, tomando tinto, platicando, riendo, sonriendo... Me imaginé libre de preocupaciones, pero sabedor de mis responsabilidades... En una paz que solo me llenaba y que ahora que lo recuerdo me hace sonreír enormemente.
Me paseó por mis lugares favoritos, me llevó a recorrer mi puente, a la noche más hermosa, a la carcajadas con los amigos. La memoria estaba activa con la consigna de alimentarme y llenarme de cosas buenas... De hacerme patente que aún puedo tomar la mano de alguien, que aún es válido y valiente buscar y luchar por momentos felices.
Hoy imagine mi felicidad y mi paz, asi tal cual... Y no pienso olvidarla
