No mal entendamos, no es una relación rosa todo el tiempo sin altas y bajas, tampoco una relación sin disgustos o diferencias, no, eso siempre está y es parte de cualquier relación interpersonal.
Hablábamos de una relación en la cual se mantuviera siempre encendida la "chispa", entendiendo que la belleza física se desgasta y que el deseo va mutando, entendiendo todo esto, ¿en verdad existe y es viable una relación "hasta que la muerte nos separe"? ¿Por convicción?
Me declaro creyente en las relaciones monógamas y duraderas, muy a pesar de mi experiencia en el matrimonio, y mi posterior divorcio, creo en la pareja, creo que todo es cuestión de querer y de creer, y cuando digo querer, no me refiero a esta parte de los sentimientos, no, me refiero a la determinación de hacer todo por la relación, todo para que funcione, a seguir creyendo en uno, en la otra persona y en el estar juntos. Todo esta en querer.
El tema despumes se torna complicado pues, encontrar a esa pareja (o que esa pareja nos encuentre) no es sencillo, si bien, las guapas siempre están acompañadas y pretendidas, la selección es confusa entre tantas variables y hablando de las edades, mientras más años nos cargamos al hombro, mas complicados somos para llenar el checklist de los requisitos mínimos para ser El Sr o La Sra "de" (de una manera coloquial). Los divorciados con hijos es complejo que busquen mas hijos, los solteros y las solteras en su mayoría buscan una familia propia, lo cual ya hace más complicado el empate entre estos dos grupos.
Hoy día gran parte de las mujeres en situaciones de separación buscan (aparentemente) recuperar el tiempo dedicado a la familia y solo dedicarse al disfrute y la francachela sin compromiso alguno, gran parte de los hombres en esta situación, solo buscan "confirmar" su virilidad seduciendo a una y otra mujer generalmente más joven que ellos. Las solteras juzgan que no hay hombres verdaderos, y acaban rebotando en las garras de aquellos que siguen casados pero que en su casa "no los entienden". Los solteros buscan y cada día encuentran menos motivos y mas pretextos para no acercarse a una relación estable, real.
Con este panorama es muy difícil creer y querer, y si, complicado.
Sin embargo, el día que esa persona se planta frente de uno, y se cruzan palabras ideas, miradas , en el preciso momento que se sabe que ya se es presa de aquella mirada, de la sonrisa, cuando se cierran los ojos y aparece ese rostro perfectamente dibujado por nuestro recuerdo... es el momento que que sin dudar debemos preguntarnos ¿Realmente quiero? ¿Realmente creo? En uno, en mi, no en ella o él, en MI; ¿me creo lo suficientemente capaz de lograr que la otra persona crea en ella, en mi, en nosotros?
Dejar un tanto de lado el egoísmo, dejar de ser prioridad en función de algo mejor... y creer
Y así salvarnos, salvando a alguien... a ese alguien
Jess Moskaluke - How to Save a Life